De todas las cosas que tienen que ver con una epidemia, lo más importante para acabarla o reducirla es disminuir la transmisión del virus (o bacteria, según el caso) que lo causa. Es decir, evitar que una persona infectada (con o sin síntomas) contagie a una persona no infectada.
Para que ocurra una epidemia, el número básico de reproducción (término conocido como R0) del agente infeccioso debe ser mayor a 1. Este número se refiere al número de contagios que cada infectado genera. Si R0 es menor a 1, entonces no habrá una epidemia. La R0 no es un valor fijo para un virus o bacteria. Es determinado por la duración del periodo infeccioso (cuánto tiempo sigue eliminando al virus una persona infectada), la forma de transmisión (si es por aerosoles, por contacto con comida contaminada, si lo transmiten mosquitos, si es de transmisión sexual), y por la tasa de contacto entre infectados y no infectados.
No podemos cambiar la duración del periodo infeccioso ni la forma de transmisión del virus, pero sí podemos alterar la tasa de contacto entre infectados y no infectados para disminuir y 'apagar' la epidemia.
En la epidemia de COVID-19, el virus SARS CoV-2 ha mostrado un R0 de 2.5. En otras palabras, cada persona infectada contagia a 2.5 personas. Si contabilizamos el número de casos de infectados que se darían en una población con una R0 de 2.5 a partir de un solo infectado por SARS CoV-2, y considerando que necesita 5 días de incubación antes de ser contagioso, en 100 días se llegaría a más de 90 millones de infectados. Si bajamos la R0 a 1.25, en 100 días se llega a 86 infectados. Pueden ver ambos escenarios en las gráficas que presento abajo:
¡Es impresionante la diferencia que hace el reducir R0!
¿Cómo la reducimos?
Pues, solo disminuyendo los contactos entre infectados y no infectados.
Pero, si consideramos que:
1) El 80% de los casos es asintomático; es decir que la persona infectada no tiene ningún síntoma ni signo clínico (no toserá, no estornudará, no tendrá fiebre) aunque está eliminando al virus y, al hablar, los virus saldrán junto con las gotas de saliva de su boca y garganta, lo que puede contagiar a otros.... y
2) No hay suficientes pruebas diagnósticas oficiales en el país, así que identificar a todos los infectados es casi imposible....
... entonces, la única forma de disminuir los contactos entre infectados y no infectados es reduciendo el número de contactos entre gente, sin importar si están infectados o no.
Esa es la importancia del aislamiento. Entre más lo hagamos, más podremos reducir la R0 de SARS CoV-2, y así terminar con esta epidemia antes de que su impacto en la vida, la salud y la economía de nuestra ciudad, estado, país y mundo sea devastador.