En Inglaterra ya se autorizó la vacuna de Pfizer, y empezará la vacunación de millones de personas en ese país en los próximos días. Para muchos, ese hecho es motivo de regocijo, emoción muy entendible para quienes piensan que lo único que nos 'salvará' de esta pandemia es la vacuna.
Sin lugar a dudas, las vacunas - inventadas primeramente por los chinos y luego, basado en ese conocimiento, varios siglos después modificadas por Edward Jenner, juegan un papel importante en proteger al humano y a los animales domésticos contra diversos virus y bacterias. La idea central de las vacunas es sencilla y genial: hacer creer al cuerpo que ya tuvo contacto con el virus o la bacteria sin que desarrolle la enfermedad, y así llevarlo a generar una respuesta inmune "de memoria" que le servirá para las siguientes veces que se enfrente a ese virus o bacteria específico.
La razón por la que las vacunas funcionan de esa manera es porque tenemos un Sistema Inmune Adaptativo. Este sistema, conformado por células especializadas y moléculas, apareció hace 540 millones de años, cuando los vertebrados adquirieron la mandíbula inferior. El Sistema Inmune Adaptativo no lo tienen, por ejemplo, insectos, ni gusanos, ni corales, solo los vertebrados mandibulados. Por eso, durante 540 millones de años, los vertebrados han podido enfrentarse a virus y a bacterias sin que sean erradicados. Claro, ha habido mortalidades grandes, pero persistimos porque somos capaces de crear - de forma natural - inmunidad de memoria y específica.
A partir de la década de los 40's comenzaron a ser creadas más y más vacunas - contra hepatitis B, contra Sarampión, contra Paperas, contra Rubeola, contra Difteria, contra Tétanos, contra Influenza.... y en general, estas vacunas se habían diseñado con el virus (o bacteria) inactivado (es decir, que ya no puede entrar y copiarse en las células) o atenuado (es decir, que puede entrar y copiarse pero no puede hacernos daño). Sin embargo, varias de las vacunas que están siendo desarrolladas contra SARS-CoV-2, entre ellas la de Pfizer, la de Moderna, la de Curevac, la de Arcturus, la de Imperial College, la del Ejercito de Liberación del Pueblo, se basan en una tecnología nueva - vacunas basadas en ARNm - que no ha sido probada nunca en el humano. Para ver la lista completa de las vacunas que compiló la Organización Mundial de la salud, ver aquí.
El ARNm es ARN mensajero, que se refiere a las instrucciones genéticas para hacer proteínas que ya está en el 'idioma' que pueden leer nuestras células, específicamente, nuestros ribosomas. Los virus tienen ARNm, así que la idea de estas vacunas es introducir en nuestras células esos fragmentos de ARNm que contienen las instrucciones para hacer la proteína Spike de SARS CoV-2. En otras palabras, nuestras células producirían esa proteína del virus, como si estuvieran infectadas pero sin estarlo.
¿Cuál es el problema, entonces?
Hasta ahí, en términos del mecanismo por el que funciona la vacuna, no hay ningún problema. Sin embargo, sí los hay:
1) Nunca se han utilizado vacunas basadas en esa tecnología en el humano. Esto quiere decir que no sabemos cuáles podrían ser los efectos a mediano y largo plazo cuando se lleven a cabo las inoculaciones masivas.
2) Las vacunas generalmente tardan de 7 a 15 años en ser desarrolladas. En este caso, las vacunas se desarrollaron en menos de nueve meses. Esto significa que se han saltado etapas completas de pruebas de seguridad y efectividad, y que no fueron probadas en animales no humanos. Por esto, no es posible saber cuáles podrán ser sus consecuencias y efectos adversos a largo plazo, sobre todo cuando se vacunen personas con un sistema inmune comprometido, personas mayores o personas embarazadas.
OK, pero es segura ¿no?
Pfizer indica que sí lo es, y se ha reportado una eficiacia del 95% en los medios, aunque no ha sido posible encontrar ninguna funte científica ni datos duros que sustenten esta aseveración.
En un artículo de opinión publicado en el British Medical Journal por el Editor de la revista, el Dr. Peter Doshi escribió lo siguiente para explicar de dónde venía ese cálculo de efectividad del 95% que reporta Pfizer:
'El ensayo de Pfizer incluyó a cerca de 44,000 personas. La mitad de estos recibieron la vacuna, la otra mitad recibió un placebo (agua estéril). De los 44,000 participantes, 170 fueron "infectados con Covid19". De estos, 162 pertenecían al grupo placebo y 8 al grupo vacunal. Por lo tanto la vacuna previno 154 casos de COVID19 (95%)'.
¡El ensayo completo - que comprendía a las 44,000 personas - fue considerado un éxito basado en el resultado de menos del 0.5% de los que participaron!
Esta preocupación sobre los efectos a largo plazo del uso de estas vacunas que han sido desarrolladas en tan poco tiempo ya ha sido expuesta en foros científicos. Por ejemplo:
Hamish Duncan, ‘Covid-19 vaccine: we are sleepwalking into a massive prospective cohort study’, BMJ 2020; 371 (Publicado el 24 de noviembre de 2020)
Peter Doshi, ‘Will covid-19 vaccines save lives? Current trials aren’t designed to tell us’, BMJ 2020; 371(Publicado el 21 de octubre de 2020)
Peter Doshi, ‘ Covid-19 vaccine trial protocols released’, BMJ 2020; 371 doi: https://doi.org/10.1136/bmj.m4058 (Publicado el 21 de octubre de 2020)
Peter Doshi y Eric Topol, ‘ These Coronavirus Trials Don’t Answer the One Question We Need to Know’, New York Times 22 de septiembre de 2020,
William Haseltine ‘Beware of covid-19 vaccine trials designed to succeed from the start’, Washington Post 22 de septiembre de 2020.
Peter Doshi 'Phizer and Moderna's "95% effective" vaccines - let's be cautious and first see the full data', BMJ Blog 26 de noviembre de 2020.
Entonces, en esencia, no sabemos si funciona realmente, no sabemos por cuánto tiempo estarán protegidos los que reciban las vacunas y no sabemos si tendrá efectos secundarios graves.
¿La vacuna de ARNm cambiaría mi ADN?
No. La vacuna, al ser de ARNm, no puede integrarse en nuestros cromosomas, y no puede alterar la secuencia genética de las células.
¿Qué podría pasar si me aplico esa vacuna?
Uno de los problemas de seguridad potenciales que tienen las vacunas de ARNm es que el ARN en sí mismo estimula al sistema inmune, lo cual puede ser problemático. Más allá de ese hecho, productos secundarios del proceso de la manufactura de la vacuna, como ARN de cadena doble, pueden causar efectos adversos immunes. Esto ha sido reportado por Naik y Peden en 2020 en la revista Current Topics in Microbiology and Immunology (https://doi.org/10.1007/82_2020_220). Ellos mismos indican que es necesario llevar a cabo estudios toxicológicos para este tipo de tecnología.
Los estudios preclínicos que se han realizado con vacunas basadas en esta tecnología han reportado que en general se observan pocos efectos adversos serios. Por ejemplo, un estudio, publicado en 2017 por Alberer y colaboradores en The Lancet (http://dx.doi.org/10.1016/ S0140-6736(17)31665-3) evaluó la seguridad y eficacia de una vacuna de ARNm contra el virus de la Rabia. De 101 personas vacunadas, una desarrolló autoanticuerpos contra su tiroides y al menos 1 persona desarrolló un efecto secundario serio, una parálisis facial de Bell. El 60% de los vacunados de forma intramuscular desarrolló malestar local en el sitio de inoculación, y el 78% presentó efectos adversos a nivel sistémico, de moderados a severos (12%).
Un estudio de fase I sobre la seguridad de la vacuna de ARNm contra SARS-CoV-2 realizado por Anderson y colaboradores (2020) y publicado en The New England Journal of Medicine (https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC7556339/) indicó que entre 40 adultos de más de 56 años era común que presentaran fatiga, escalofríos, dolor de cabeza, dolor muscular y dolor en el sitio de la inoculación, sobre todo después de la segunda vacunación.
Efectos adversos reportados en adultos de más de 56 años una semana después de la vacunación. Fuente: Anderson et al. 2020 New England Journal of Medicine.
Otro estudio realizado por Jackson y colaboradores (2020) y pubicado en New England Journal of Medicine (https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC7377258/) sobre la seguridad de la vacuna de ARNm contra SARS-CoV-2, realizado en 45 adultos de 18 a 55 años, reportó resultados semejantes, con efectos adversos post-vacunales ocurriendo de forma común (en más del 50%), sobre todo después de la segunda vacunación y el 21% tuvo uno o más efectos adversos serios.
El 1 de diciembre de 2020, el Dr. Michael Yeadon, ex-líder de investigación respiratoria de Pfizer, y el Dr. Wolfgang Wodarg, neumólogo y director del Departamento de Salud Pública de su universidad, solicitaron a la Agencia de Medicina Europea la suspensión inmediata de todos los estudios de SARS-CoV-2, en particular las de tecnología de ARNm BioNtech/Pfizer y que no se reanuden hasta que un diseño experimental esté listo para investigar los problemas de seguridad que cada vez más científicos claman que podrían ocurrir. Para ver la noticia: https://2020news.de/en/dr-wodarg-and-dr-yeadon-request-a-stop-of-all-corona-vaccination-studies-and-call-for-co-signing-the-petition/
Entonces, ¿la necesito?... ¿es mejor ponérmela o no ponérmela?
La intención de este blog no es decir al lector qué hacer o qué no hacer, sino dar información sustentada en evidencia para que lleguen a su propia decisión. Vean los hechos y decidan por ustedes. Este es un virus que tiene una tasa de mortalidad menor a la de la influenza estacional, no son afectados de la misma manera todos los grupos de edad, y la mayor parte de la gente tiene signos y síntomas muy leves. Incluso teniendo signos más fuertes, la mayor parte de la gente se recupera en unos días. Se ha demostrado que generamos inmunidad y todo lo que sabemos sobre virología e inmunología nos indica que durará muchos años esa inmunidad... Vean los hechos y decidan por ustedes.
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